sábado, 23 de enero de 2010

Todavía no puedo





Conformarme con hacer lo correcto.
Acostumbrarme a una invasión consentida.
Resignar mis domingos de no hacer nada.
No sentirme irritada con el constante deambular y el repetitivo sonido de fricción de una suela en el piso.
Dejar de sentir la agresión que sufre mi hogar.
Ser inmutable al escrutinio constante.

Todavía no puedo… dejar de sentir cuanto hace que me sentí feliz.

No hay comentarios: