miércoles, 7 de octubre de 2009

Un abrazo enorme para Ali






Un abrazo hace tantas cosas...

Por eso, quiero darte uno enorrrrrrrrrrrme y recordarte que estos tiempos difíciles pasarán.

Te quiero amiga. Fuerza.


Un abrazo, es agradable y ahuyenta la soledad.
Aquieta los nervios.
Fortalece la autoestima.
Demora el envejecimiento.
Ayuda a dominar el apetito.
Alivia las tensiones.
Combate el insomnio.
Es democrático.
Para darse no necesita de un lugar especial.
Hace más felices los días difíciles.
Más soportables de los insoportables.
Llena los vacíos de la vida.
Al dar un abrazo se expresa y se hace sentir:

Amor, cariño, seguridad, protección, confianza…
Fortaleza, apoyo, aprecio, amistad, alegría, felicidad…
¿Abrazos? ¿dónde?, ¿cuándo?:

Cualquier lugar es bueno para un abrazo.
A cualquier hora, en la mañana, tarde o noche da igual.
Mejor si el abrazo está acompañado de una sonrisa.
Se debe recordar:

4 abrazos para sobrevivir
8 para mantenerse en pie
12 para crecer.


Te abrazo fuertemente y mucho más de las veces recomendadas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

¿Dónde habré dejado los lentes?





De repente mis viejos empezaron a ir de acá para allá dentro de la casa, como mi papá está recien operado fui a ver que pasaba.

Lo veo inclinado adentro de la heladera y le pregunté si estaba bien y si necesitaba algo, su respuesta fue:

Estoy buscando los anteojos de tu mamá.

lunes, 21 de septiembre de 2009



Me gustaría que me dijeran como actúan al levantarse, especialmente los fines de semana.

¿Son de los que comienzan el día con todo ímpetu o necesitan un tiempo para que se les acomode la realidad?

En mi caso soy ambas, de lunes a viernes la primera opción y los fines de semana la segunda.

Durante el tiempo que viví sola mi rutina consistía en levantarme zombie, sacar a la perra y mientras tanto preparar un café o te para tomarlo leyendo los diarios por Internet; así lentamente me iba despabilando y me encontraba dispuesta a encarar lo que fuera.

Desde que están mis papás en casa he perdido toda oportunidad de ello, los domingos son trágicos máxime porque pretendo dormir hasta más tarde, situación que colisiona con el timing de ellos.

Últimamente me encuentro abriendo la puerta de mi habitación y sin alcanzar la cocina me cruza indefectiblemente mi papá para inquirirme respecto de su preocupación impostergable : ¿Pedimos un pollo?

No importa que sean las 9, las 10 o las doce.

Si logro esquivar el tema almuerzo antes de desayunar, no es porque han decidido comer en un horario que para el resto del mundo es razonable, sino porque algo aconteció que hace imprescindible postergar la pregunta, a saber:
- ¿Tenés un alambre?
- ¿Para qué querés un alambre?
- Se tapó el baño…

o sino:

- Buenos días (yo)
- ¿Junto la caca de la perra?

Yo : buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

No tengo dudas que habrá alguien que piense que soy una quejosa sin remedio, es posible, pero vivo marcando horario todo los días de la semana y me gusta desestructurarme un poco los findes.

¿A Uds. No?

lunes, 14 de septiembre de 2009

A.L.M.A.



Buscando respuesta a la difícil situación que es convivir con personas con algún tipo de demencia, encontré la página de A.L.M.A. (Asociación de lucha contra el mal de Alzheimer).

Soy novata en estas lides y me ha servido muchísimo la experiencia que tiene Ali, ni que decir la contención que me brinda en momentos álgidos.

También me fue muy útil recorrer toda la información que brinda esta página que les dejo, ojalá no la necesiten.

Acá también les dejo una página con muchísima información actualizada, no dejen de leerla.

"Llegar a viejo..."

Hoy tengo un día melancólico, no fué nada fácil la semana pasada, pero la sigo peleando... así debe ser o... así decidí que fuera.

Buscando en mi pc, encontré este poema, la visión de alguien con muchos años y asumiendo sus limitaciones, muy interesante, por cierto. Espero les guste.

“Llegar _a _viejo”

Si se llevasen el miedo,
y nos dejasen lo bailado
para enfrentar el presente...
Si se llegase entrenado
y con ánimo suficiente...

Y después de darlo todo
–en justa correspondencia–
todo estuviese pagado
y el carné de jubilado
abriese todas las puertas...

Quizá llegar a viejo
Sería mas llevadero,
Más confortable,
Más duradero.

Si el ayer no se olvidase tan aprisa...
Si tuviesen más cuidado en donde pisan...

Si se viviese entre amigos
que al menos de vez en cuando
pasasen una pelota...
Si el cansancio y la derrota
no supiesen tan amargo...

Si fuesen poniendo luces
en el camino, a medida
que el corazón se acobarda...
y los ángeles de la guarda
diesen señales de vida...

Quizá llegar a viejo
Sería mas razonable,
más apacible,
más transitable.

¡Ay, si la veteranía fuese un grado...!
Si no se llegase huérfano a ese trago...

Si tuviese más ventajas
y menos inconvenientes...
Si el alma se apasionase,
el cuerpo se alborotase,
y las piernas respondiesen...

Y del pedazo de cielo
reservado para cuando
toca entregar el equipo,
repartiesen anticipos
a los más necesitados...

Quizá llegar a viejo
sería todo un progreso,
un buen remate,
un final con beso.

En lugar de arrinconarlos en la historia,
convertidos en fantasmas con memoria...

Si no estuviese tan oscuro
a la vuelta de la esquina...
O simplemente si todos
entendiésemos que todos
llevamos un viejo encima.


Joan Manuel Serrat

viernes, 11 de septiembre de 2009

El tema de las mascotas




Una de las cosas que me quedó grabada a fuego fue el siguiente comentario de una amiga:
- Lamentablemente los viejos toman decisiones -en un alto porcentaje- equivocadas.

Tengo una perra, la que por suerte es muy limpia e inteligente. Como no solía quedar nadie en casa, excepto que fuera la señora que limpia, le enseñé que tenía un lugar –el jardín de invierno- para hacer sus necesidades si ocurría que alguna vez no podía aguantar.

En ese lugar, ella tiene los recipientes con su comida y agua, además de un sillón donde se despatarra y toma sol esperando mi regreso.

Con la venida de mis viejos al hogar se empezaron a modificar situaciones en cuanto a los hábitos de mi mascota, a saber:
- Antes comía a la hora que yo regresaba (los granitos los tenía siempre disponibles sólo le agregaba carne), ahora mi mamá la alimenta a más tardar a las diez de la mañana. Ergo, cuando llego ella espera que la alimente como siempre.

- Cuando llega la noche, invariablemente, mi vieja pone en la cocina los recipientes conteniendo agua y comida (¿?) y cierra la puerta de acceso al jardín de invierno.

Van varias mañana que me encuentro con la “simpática” noticia de que mi perra meo en la cocina, yo la retaba porque no entendía esa conducta ya que sólo la hacía –como castigo-cuando la dejaba mucho tiempo sola. Hasta que hoy caí en la cuenta de que la pobre no tenía acceso a “su lugar para emergencias”.

No se imaginan mi alegría al tener que estar a las 6 y pico de la mañana pasando lavandina en la cocina, pero me conmovió mi pobrecita perra ya que andaba escondiéndose para que no la regañara por lo que había hecho.
Conclusión: Tendré que hacer otra ficha anotando estas cuestiones ya que por más que se los diga no lo recordaran a la hora siguiente.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Bolsa manía




Mis viejos son maniáticos con las bolsas plásticas, no crean que exagero.
Si abrieran mi heladera en este momento –haciendo memoria- les digo que encontrarían una bolsita plástica cubriendo cada elemento siguiente:
- medio tomate en vías de extinción
- medio morrón
- un pedazo de dulce de membrillo
- un pedazo de manteca (¿?)
- dos tostadas de pan Fargo (¿?)
- un tupper con resto de comida –que obviamente tiene tapa-
- restos de carne que sobraron de las milanesas que preparó mi vieja
- un pedazo de queso para rallar
- un pedazo de manzana (que seguramente guardaron para dárselo a mi perra)

Y alguna que otra cosa más que ahora escapa a mi evocación.
Prometo aportar la prueba fotográfica en breve.

¡Creeme es así!




Ahora nos adentraremos en el tema de los análisis clínicos, específicamente el de orina completa.

La previa comenzó con el tema del frasquito.
En efecto, mi papá la noche anterior al estudio y luego de la cena –mientras lavábamos los platos con mi mamá- empezó de dar vueltas por la cocina con el bastón en una mano y en la otra el recipiente plástico.

De reojo veo que hurgueteaba el plástico queriendo sacarlo
-Papi no lo abras que se contamina.
- Nooo, sino lo abro –seguía como si nada tirando del plástico-.

Mi mamá: ¡Luis! ¿No entendés? No lo abras. Dejalo en el baño así lo tenés a mano para mañana.
- Nooo, si… pero no… (frase inteligible).

Parte tambaleante hacia el baño y con mi madre intercambiamos mirada cómplice que se traduciría en “¡que rompe bolas!”.

Ya me había ido a acostar cuando me llama mi vieja para preguntarme si el análisis es la primer orina de la mañana.
¡Por supuesto!
- Ahhhh, -cara de afligida- es que tu padre lo llenó ahora.
- ¡Pero no!
- ¿Qué hago?
- Usaremos otro frasquito.
- Bueno…

Me levanto como todos los días a las seis y pico y lo primero que veo en la mesada de la cocina, sobre mi hermoso plato de loza inglesa azul, es el frasquito con el pis de mi viejo, el que obviamente estaba durmiendo.

¿Qué habrá entendido por la primera orina de la mañana?

jueves, 3 de septiembre de 2009

Manual para hijos – Segunda entrega




Continuando con las cuestiones médicas nos encontramos con otro clásico:

Día domingo reunión con los padres organizando la semana médica, revisación de todas la órdenes y finalmente anotación en la pizarra de la cocina día por día cada práctica a realizar.

Lunes a la madrugada, estruendo en el lavadero, perra ladrando desaforada, hija agarrada con las uñas del techo. Padres levantados que tiraron al cuerno varios baldes pero sanos y salvos. Hija tratando de pegar un ojo viendo que tenía que levantarse en breve para ir al yugo.

Seis treinta de la mañana hija y perra se cruzan yendo para la cocina con padre vestido, con gorra y campera puesta.
¿Dónde vas a esta hora?
- Tengo turno para el cardiólogo.
¡Pero si es el miércoles!
- Ahhhhhhhhhhh

Hija viendo a la madre peinarse en el baño
¡Mami el turno para papá es el miércoles!
- No puede ser…
- Si, es el miércoles y a las 8.20 hs. ¡Son las 6 y pico! Y el centro médico queda a una cuadra, te adelantaste dos días y dos horas al turno.

Madre no convencida ante los argumentos de que el día anterior habíamos hecho los planes y anotado en la pizarra, revisa una y otra vez las órdenes extendidas por PAMI.

Padre impávido en misma posición donde lo crucé antes.

- Papá, sacate la campera y la gorra que hoy no es.
- Bueno…

martes, 25 de agosto de 2009

Manual para hijos




Esta es una pequeña ayudita para cuando les toque sacarle turno en algún médico a sus padres.

Con el tiempo se darán cuenta (los que no han pasado por eso) que conseguir un turno para alguien del PAMI es una tarea complicada.

Acá va mi relato:

Hace muuuuuuchos días atrás conseguí un turno para un neurólogo para mi papá. He implementado anotarles todo en una pizarra que tengo en la cocina ya que no recuerdan con facilidad este tipo de compromisos.

Recién llego de la oficina y los veo muy sentaditos en el living de mi casa, les pregunté que tal les había ido; la respuesta fue "no pudimos hacer nada".

En realidad lo que hicieron fue sentarse esperando a que el médico los llamase y se olvidaron de pasar por la mesa de entradas del centro médico para que el profesional pudiera saber que ya estaban aguardando.

Pasó el tiempo y recién cuando el doctor cerraba con llave la puerta para irse tímidamente le preguntaron: ¿Ya se va?

El resto se lo imaginan.

Ahora tienen turno para el 8 de septiembre.

De esto ya aprendí, voy a implementar un sistema de fichas donde les anotaré los pasos a realizar : a) ir a tal médico b) pasar por la mesa de entradas c) etc. etc. etc.

Lo que más bronca me da, porque separo de esto a los pobres viejos desmemoriados, es que el profesional que tenía que atenderlos no lo haya hecho, máxime porque no volverá a tener consulta hasta el 8 del próximo mes y sobretodo porque ellos llegan generalmente a atender a sus pacientes a la hora que se les canta el higo y éstos deben soportar sin queja alguna tal situación.

viernes, 21 de agosto de 2009

El pedazo de metal en el pan Fargo (Parte II)




Recién llego de buscar a mi papá, por suerte conseguí que lo atendieran en el Hospital en la guardia de odontología.

Este post no es específicamente para hacer catarsis por las “cosas de viejos”, sino para hacerlo respecto del PAMI.

Hoy tenemos en la ciudad un día aciago. Llueve, viento fuerte de mar y como siempre frío, mucho frío.

Mientras llevaba a mis papás en el auto hasta PAMI para presentar las órdenes y que les extendieran las respectivas autorizaciones, no pude dejar de pensar en mi vejez futura.

Porque recordé las idas y vueltas que tienen que hacer no sólo para conseguir un turno sino hasta que finalizan el trámite al arribar a la tan ansiada consulta. Desconozco las razones para que las prestaciones que necesitan tengan tantos vericuetos burocráticos (si alguien lo sabe que me informe por favor).

Pero me pregunto ¿No es más atinado tener un box en los hospitales o lugares donde hacen las prestaciones para sus afiliados? ¿No es brindarles una mejor calidad de atención a los pobres viejos?

No se imaginan la tristeza y desesperanza que da verlos en un clima inhóspito como este yendo y viniendo porque no siempre les informan como es debido, ello sumado a que con la miseria que cobran no pueden darse el lujo de circular por la ciudad en taxi o remise.

Señores del PAMI de todo el país -porque esto no solo pasa en el culismundis-
Abogo porque destinen, para las autorizaciones, a algunos de sus empleados en hospitales o lugares de prestación masiva de servicios.

La vejez, fragilidades de memoria y física sumadas a cualquier enfermedad en curso hacen ciclópea la tarea de conseguir la aprobación para la consulta respectiva.

Atte. Li

miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Será exagerado?


Los doce mandamientos de la tercera edad.

1º Tu cantidad de neuronas finalmente bajó a un nivel administrable.

2º Tus secretos están seguros con tus amigos, ¡pues ellos tampoco pueden recordarlos!.

3º Tus articulaciones hacen una previsión del tiempo más exacta que el Servicio Nacional de Meteorología.

4º Tienes gente que te telefonea a las 8 de la tarde y te pregunta: “¿Te desperté?”.

5º Ya nadie te tildará de hipocondríaco.

6º ¡Ya no tienes que estudiar nada!.

7º Las cosas que tú compres no se volverán viejas.

8º Puedes cenar a las 6 de la tarde y roncar a la hora de la novela.

9º Discutes acaloradamente sobre la jubilación y los Seguros de Salud.

10º El límite de velocidad deja de ser un desafío.

11º Ya no escondes la barriga ante nadie.

12º Tu inversión en los planes de pensiones comienza a valer la pena.


martes, 18 de agosto de 2009

Dejar pasar...

Después de muchos años de convivencia de mis padres en casa, llegué a esta conclusión: no debo engancharme (no siempre lo consigo) en temas que seguramente terminan en enojos de ambas partes y ninguna solución.

No es fácil esta tarea, pero trato de ponerme en el lugar de ellos, muchas veces me siento invadida pero... yo he perdido privacidad y ellos han perdido su sentido de pertenencia, esta casa que los alberga ya no es "su" casa, por más que querramos que así lo sientan.

No tenemos los mismos horarios, ni actividades ni costumbres. Para nuestros padres, nosotras vivimos aceleradas, pero es difícil que comprendan que todas las responsabilidades que tenemos nos obligan a serlo.

A veces, una trata de facilitarles las cosas, para que no corran peligro, podría darles muchos ejemplos, aquí van algunos:

- colgar la ropa lavada en la terraza, hay que subir escaleras y el canasto pesa: lo hago yo, no quisiera que mi madre se cayera.

- cocinar, mi madre se olvida de apagar las hornallas, menos mal que siempre estoy por allí o ya tendríamos la casa incendiada pero... chocamos con la frase repetida hasta el cansancio:

-"Si, está bien, perdoname, me olvidé que ya no estoy en "mi" casa". Estas y otras frases por el estilo, las repiten todo el tiempo, y a veces consiguen su objetivo: hacernos sentir culpables y que nos replanteemos el tema: estaremos siendo demasiado exigentes???.

Los pases de facturas son constantes...y saben muy bien cómo lastimar, no sé si fueron palabras no expresadas en su momento o aquellos recuerdos están guardados en una carpeta, que aún habiendo pasado muchísimos años, aún sigue con el rótulo de "Pendiente".

¡Mirá lo que encontré en el pan Fargo!



Así apareció ayer mi mamá a la noche mientras agitaba algo entre sus dedos.


Lo tomé entre mis manos y vi que era un pedazo de metal.


Ella decía: ¡mirá menos mal que no lo mordimos!


Al ver las formas y tipo de material empecé a sospechar que las cosas no eran como ella las pintaba.


Yo: Mami, porque no le mirás la boca a papá a ver sino se le cayó alguna emplomadura.


Mami: Viejo... vení. Abrí la boca...



.......................................


Mami: ¡Y yo que le echaba la culpa al pan!




miércoles, 12 de agosto de 2009

Menos mal que decidí tomarme las cosas con humor

Con la cuestión del cambio de radicación y del nuevo puesto de trabajo, sumado a tratar de dejar todo lo que tengo en danza en orden, mis días están un poco convulsionados.

El lunes pasado se agregó el tema de que mis papás querían buscar algo en su ex casa, que según mi viejo necesitaban si o sí.

Los pasé a buscar a la salida de la oficina y ahí fuimos. Ni les cuento el hecho de que tuvieron que aprender a activar y desactivar la alarma de la casa; mi mamá no quería abrir la reja porque decía que iba a sonar (explicaciones del caso por mi parte), mi papá apurando la cuestión como si dependiera su vida de entrar a su previa morada.

Mientras los veía ir y venir, me detuve en lo que hacía mi papá, quien sacaba cosas a ritmo vertiginoso de una alacena.

Imagínense mi intriga ¿Qué era lo urgente que podía haber ahí?

Me acerqué y lo que acopiaba con fruición eran unos rollos de bolsas de polietileno de diferentes tamaños.

Le dije: Papi si en casa hay montones de bolsas para freezer y ziploc ¿Para que llevas eso?

Respuesta: (…)

Opté por dejarlo por la paz y ayudar a mi mamá con lo que ella andaba buscando, así fue que para un traslado más fácil saqué una valija y fui metiendo todo dentro –incluido el bulto lleno de rollos de bolsitas-.
Terminado el acto procedí a cerrarla y “juntar la tropa” para volver a mi casa.
Ni les cuento la desesperación de mi papá que no me había visto guardar sus petates y buscaba desesperado el desvelo de su día.

Como colofón les diré que ese día “almorcé” a las 20 horas, ya que el “ir a buscar lo que necesitaban” no podía esperar a saciar previamente mi apetito.

Por lo demás, ver la tranquilidad y satisfacción que le proporcionó a mi papá llenar –aún más- mi ya atiborrado cajón de bolsas para freezer, valió el incipiente agujero que el ácido clorhídrico hizo en mi estomago.

¿Por qué? En el inexplicable universo de decisiones equivocadas que toman nuestros viejos, cosas tan pavas como estas son de vital importancia para su estabilidad emocional.

lunes, 10 de agosto de 2009

La pregunta de Aly

"Aún teniendo otros hermanos o hermanas, o un esposo/a o pareja: - ¿Nos sentimos acompañados en esta tarea de encargarnos de nuestros padres?.

domingo, 9 de agosto de 2009

Ayuda mutua

Cuando decidimos con Li comenzar este blog, estábamos intercambiando experiencias nuestras, hechos cotidianos que nos suceden con nuestros padres, aunque les cuento, cuando estamos en esta situación, no hay dos días iguales.

Eso quisiéramos lograr con quienes decidan hacer su aporte aquí, sentir que no estamos solos quienes hemos asumido esta responsabilidad, saber que a casi todos, en algún momento de nuestras vidas nos toca "hacernos cargo" de nuestros padres.

Nunca hay dos casos iguales, no todos reaccionamos de la misma manera, pero hay algo que siempre debemos tener en cuenta: deberemos armarnos de infinita paciencia porque
nadie puede saber que nos depararán los años venideros, ojalá sean con salud y en compañía, pero la vida se encarga de sorprendernos, a veces la sorpresa es muy agradable y otras veces no es lo que esperábamos.

Como surgimos



Intercambiando ideas con mi compañera de blog, respecto de como ella va llevando la situación con sus padres, se me ocurrió que estaría bueno tener un lugar donde compartir situaciones cotidianas parecidas.

Así nació este blog, el que espero que rápidamente se llene de seguidores que estén atravesando por cuestiones parecidas y quieran aportar su granito de arena, y por aquellos a los que aún no les ha tocado lidiar con ellas.

Todos son bienvenidos,ya sea comentando diferentes hechos o aportando sugerencias para aliviar los momentos que atravesamos en nuestras vidas producto de la convivencia con nuestros mayores.

Tal vez desde el humor, de saber que no estamos solos y de que seguramente vivenciamos las mismas cosas sea más llevadero el tema.

Li