martes, 25 de agosto de 2009

Manual para hijos




Esta es una pequeña ayudita para cuando les toque sacarle turno en algún médico a sus padres.

Con el tiempo se darán cuenta (los que no han pasado por eso) que conseguir un turno para alguien del PAMI es una tarea complicada.

Acá va mi relato:

Hace muuuuuuchos días atrás conseguí un turno para un neurólogo para mi papá. He implementado anotarles todo en una pizarra que tengo en la cocina ya que no recuerdan con facilidad este tipo de compromisos.

Recién llego de la oficina y los veo muy sentaditos en el living de mi casa, les pregunté que tal les había ido; la respuesta fue "no pudimos hacer nada".

En realidad lo que hicieron fue sentarse esperando a que el médico los llamase y se olvidaron de pasar por la mesa de entradas del centro médico para que el profesional pudiera saber que ya estaban aguardando.

Pasó el tiempo y recién cuando el doctor cerraba con llave la puerta para irse tímidamente le preguntaron: ¿Ya se va?

El resto se lo imaginan.

Ahora tienen turno para el 8 de septiembre.

De esto ya aprendí, voy a implementar un sistema de fichas donde les anotaré los pasos a realizar : a) ir a tal médico b) pasar por la mesa de entradas c) etc. etc. etc.

Lo que más bronca me da, porque separo de esto a los pobres viejos desmemoriados, es que el profesional que tenía que atenderlos no lo haya hecho, máxime porque no volverá a tener consulta hasta el 8 del próximo mes y sobretodo porque ellos llegan generalmente a atender a sus pacientes a la hora que se les canta el higo y éstos deben soportar sin queja alguna tal situación.

viernes, 21 de agosto de 2009

El pedazo de metal en el pan Fargo (Parte II)




Recién llego de buscar a mi papá, por suerte conseguí que lo atendieran en el Hospital en la guardia de odontología.

Este post no es específicamente para hacer catarsis por las “cosas de viejos”, sino para hacerlo respecto del PAMI.

Hoy tenemos en la ciudad un día aciago. Llueve, viento fuerte de mar y como siempre frío, mucho frío.

Mientras llevaba a mis papás en el auto hasta PAMI para presentar las órdenes y que les extendieran las respectivas autorizaciones, no pude dejar de pensar en mi vejez futura.

Porque recordé las idas y vueltas que tienen que hacer no sólo para conseguir un turno sino hasta que finalizan el trámite al arribar a la tan ansiada consulta. Desconozco las razones para que las prestaciones que necesitan tengan tantos vericuetos burocráticos (si alguien lo sabe que me informe por favor).

Pero me pregunto ¿No es más atinado tener un box en los hospitales o lugares donde hacen las prestaciones para sus afiliados? ¿No es brindarles una mejor calidad de atención a los pobres viejos?

No se imaginan la tristeza y desesperanza que da verlos en un clima inhóspito como este yendo y viniendo porque no siempre les informan como es debido, ello sumado a que con la miseria que cobran no pueden darse el lujo de circular por la ciudad en taxi o remise.

Señores del PAMI de todo el país -porque esto no solo pasa en el culismundis-
Abogo porque destinen, para las autorizaciones, a algunos de sus empleados en hospitales o lugares de prestación masiva de servicios.

La vejez, fragilidades de memoria y física sumadas a cualquier enfermedad en curso hacen ciclópea la tarea de conseguir la aprobación para la consulta respectiva.

Atte. Li

miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Será exagerado?


Los doce mandamientos de la tercera edad.

1º Tu cantidad de neuronas finalmente bajó a un nivel administrable.

2º Tus secretos están seguros con tus amigos, ¡pues ellos tampoco pueden recordarlos!.

3º Tus articulaciones hacen una previsión del tiempo más exacta que el Servicio Nacional de Meteorología.

4º Tienes gente que te telefonea a las 8 de la tarde y te pregunta: “¿Te desperté?”.

5º Ya nadie te tildará de hipocondríaco.

6º ¡Ya no tienes que estudiar nada!.

7º Las cosas que tú compres no se volverán viejas.

8º Puedes cenar a las 6 de la tarde y roncar a la hora de la novela.

9º Discutes acaloradamente sobre la jubilación y los Seguros de Salud.

10º El límite de velocidad deja de ser un desafío.

11º Ya no escondes la barriga ante nadie.

12º Tu inversión en los planes de pensiones comienza a valer la pena.


martes, 18 de agosto de 2009

Dejar pasar...

Después de muchos años de convivencia de mis padres en casa, llegué a esta conclusión: no debo engancharme (no siempre lo consigo) en temas que seguramente terminan en enojos de ambas partes y ninguna solución.

No es fácil esta tarea, pero trato de ponerme en el lugar de ellos, muchas veces me siento invadida pero... yo he perdido privacidad y ellos han perdido su sentido de pertenencia, esta casa que los alberga ya no es "su" casa, por más que querramos que así lo sientan.

No tenemos los mismos horarios, ni actividades ni costumbres. Para nuestros padres, nosotras vivimos aceleradas, pero es difícil que comprendan que todas las responsabilidades que tenemos nos obligan a serlo.

A veces, una trata de facilitarles las cosas, para que no corran peligro, podría darles muchos ejemplos, aquí van algunos:

- colgar la ropa lavada en la terraza, hay que subir escaleras y el canasto pesa: lo hago yo, no quisiera que mi madre se cayera.

- cocinar, mi madre se olvida de apagar las hornallas, menos mal que siempre estoy por allí o ya tendríamos la casa incendiada pero... chocamos con la frase repetida hasta el cansancio:

-"Si, está bien, perdoname, me olvidé que ya no estoy en "mi" casa". Estas y otras frases por el estilo, las repiten todo el tiempo, y a veces consiguen su objetivo: hacernos sentir culpables y que nos replanteemos el tema: estaremos siendo demasiado exigentes???.

Los pases de facturas son constantes...y saben muy bien cómo lastimar, no sé si fueron palabras no expresadas en su momento o aquellos recuerdos están guardados en una carpeta, que aún habiendo pasado muchísimos años, aún sigue con el rótulo de "Pendiente".

¡Mirá lo que encontré en el pan Fargo!



Así apareció ayer mi mamá a la noche mientras agitaba algo entre sus dedos.


Lo tomé entre mis manos y vi que era un pedazo de metal.


Ella decía: ¡mirá menos mal que no lo mordimos!


Al ver las formas y tipo de material empecé a sospechar que las cosas no eran como ella las pintaba.


Yo: Mami, porque no le mirás la boca a papá a ver sino se le cayó alguna emplomadura.


Mami: Viejo... vení. Abrí la boca...



.......................................


Mami: ¡Y yo que le echaba la culpa al pan!




miércoles, 12 de agosto de 2009

Menos mal que decidí tomarme las cosas con humor

Con la cuestión del cambio de radicación y del nuevo puesto de trabajo, sumado a tratar de dejar todo lo que tengo en danza en orden, mis días están un poco convulsionados.

El lunes pasado se agregó el tema de que mis papás querían buscar algo en su ex casa, que según mi viejo necesitaban si o sí.

Los pasé a buscar a la salida de la oficina y ahí fuimos. Ni les cuento el hecho de que tuvieron que aprender a activar y desactivar la alarma de la casa; mi mamá no quería abrir la reja porque decía que iba a sonar (explicaciones del caso por mi parte), mi papá apurando la cuestión como si dependiera su vida de entrar a su previa morada.

Mientras los veía ir y venir, me detuve en lo que hacía mi papá, quien sacaba cosas a ritmo vertiginoso de una alacena.

Imagínense mi intriga ¿Qué era lo urgente que podía haber ahí?

Me acerqué y lo que acopiaba con fruición eran unos rollos de bolsas de polietileno de diferentes tamaños.

Le dije: Papi si en casa hay montones de bolsas para freezer y ziploc ¿Para que llevas eso?

Respuesta: (…)

Opté por dejarlo por la paz y ayudar a mi mamá con lo que ella andaba buscando, así fue que para un traslado más fácil saqué una valija y fui metiendo todo dentro –incluido el bulto lleno de rollos de bolsitas-.
Terminado el acto procedí a cerrarla y “juntar la tropa” para volver a mi casa.
Ni les cuento la desesperación de mi papá que no me había visto guardar sus petates y buscaba desesperado el desvelo de su día.

Como colofón les diré que ese día “almorcé” a las 20 horas, ya que el “ir a buscar lo que necesitaban” no podía esperar a saciar previamente mi apetito.

Por lo demás, ver la tranquilidad y satisfacción que le proporcionó a mi papá llenar –aún más- mi ya atiborrado cajón de bolsas para freezer, valió el incipiente agujero que el ácido clorhídrico hizo en mi estomago.

¿Por qué? En el inexplicable universo de decisiones equivocadas que toman nuestros viejos, cosas tan pavas como estas son de vital importancia para su estabilidad emocional.

lunes, 10 de agosto de 2009

La pregunta de Aly

"Aún teniendo otros hermanos o hermanas, o un esposo/a o pareja: - ¿Nos sentimos acompañados en esta tarea de encargarnos de nuestros padres?.

domingo, 9 de agosto de 2009

Ayuda mutua

Cuando decidimos con Li comenzar este blog, estábamos intercambiando experiencias nuestras, hechos cotidianos que nos suceden con nuestros padres, aunque les cuento, cuando estamos en esta situación, no hay dos días iguales.

Eso quisiéramos lograr con quienes decidan hacer su aporte aquí, sentir que no estamos solos quienes hemos asumido esta responsabilidad, saber que a casi todos, en algún momento de nuestras vidas nos toca "hacernos cargo" de nuestros padres.

Nunca hay dos casos iguales, no todos reaccionamos de la misma manera, pero hay algo que siempre debemos tener en cuenta: deberemos armarnos de infinita paciencia porque
nadie puede saber que nos depararán los años venideros, ojalá sean con salud y en compañía, pero la vida se encarga de sorprendernos, a veces la sorpresa es muy agradable y otras veces no es lo que esperábamos.

Como surgimos



Intercambiando ideas con mi compañera de blog, respecto de como ella va llevando la situación con sus padres, se me ocurrió que estaría bueno tener un lugar donde compartir situaciones cotidianas parecidas.

Así nació este blog, el que espero que rápidamente se llene de seguidores que estén atravesando por cuestiones parecidas y quieran aportar su granito de arena, y por aquellos a los que aún no les ha tocado lidiar con ellas.

Todos son bienvenidos,ya sea comentando diferentes hechos o aportando sugerencias para aliviar los momentos que atravesamos en nuestras vidas producto de la convivencia con nuestros mayores.

Tal vez desde el humor, de saber que no estamos solos y de que seguramente vivenciamos las mismas cosas sea más llevadero el tema.

Li