Así apareció ayer mi mamá a la noche mientras agitaba algo entre sus dedos.
Lo tomé entre mis manos y vi que era un pedazo de metal.
Ella decía: ¡mirá menos mal que no lo mordimos!
Al ver las formas y tipo de material empecé a sospechar que las cosas no eran como ella las pintaba.
Yo: Mami, porque no le mirás la boca a papá a ver sino se le cayó alguna emplomadura.
Mami: Viejo... vení. Abrí la boca...
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Mami: ¡Y yo que le echaba la culpa al pan!
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